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por César Velásquez febrero 25, 2019 1 Comentario
En la madrugada de 25 de abril de 1977, en Pampa Lluscuma, a unos 5 km de Putre, una patrulla militar en servicio de guardia pernocta al rededor de un fuego, cuidando cientos de caballos para uso militar. El grupo estaba compuesta por 8 personas, entre ellas el cabo Armando Valdés. Los hechos acontecidos aquella noche pasaron a los anales de la ufología mundial, pues se trataba de algo muy particular: una abducción extraterrestre con testigos presenciales del suceso.
Los relatos de los presentes y del mismo cabo variaron bastante desde la primera entrevista al Cabo Valdés en el año 1977 hasta hoy en día, donde desmiente que la abducción haya ocurrido realmente. ¿Pero qué sucedió? ¿Qué antecedentes se tienen al respecto?
El soldado conocido como Pecho e palo observa una luz en el cielo, bajando, que se pierde tras las montañas dejando un halo de luz. Advierte a los demás. El cabo Valdés piensa que es un aerolito, pero rápidamente ven una luz intensa que se acerca y se posa frente a ellos, se ilumina el sector, que anteriormente se encontraba en total oscuridad. Los soldados asustados se toman de las manos, de pronto se duermen. Tras un corto rato despiertan, pero el cabo Valdés ya no está entre ellos.
Estuvo desaparecido por casi quince minutos, tras los cuales aparece desde el cielo, con la mirada desorbitada y diciendo cosas raras (“ustedes no saben quiénes somos ni de dónde venimos, pero les aseguro que volveremos”). En esos entonces, la prensa de la dictadura le dio mucha atención al suceso. El cabo Valdés decía que él no recordaba nada, que toda la escena la había reconstruido por los relatos de sus compañeros. Pero había dos cosas paranormales que resultaban extremadamente atrayentes para los oyentes: Al cabo Valdés le había crecido la barba bastante, siendo que ese día se había afeitado, y su reloj digital se había detenido y mostraba una fecha de cinco días en el futuro.
Debido a toda la conmoción que logró esta abducción en los medios de la época, el halo de misterio que siempre mantuvieron los militares con el asunto, incluyendo Pinochet, y el silencio del cabo Valdés, que no quería volver a dar entrevistas, además de la falta de libertad de prensa en la época, que no permitía cuestionar la verdad oficial, el caso se volvió increíblemente interesante para la gente y los aficionados a la ufología.
Luego de 22 años, en el 1999, Pedro Carcuro entrevistó al cabo Valdés en el programa ‘de Pé a Pá’. Muchos recordarán la cobertura mediática a cosas raras y relacionadas con extraterrestres en ese año; el cambio de milenio ad portas. Que el cabo Valdés finalmente se hubiese decidido a contar su versión de la abducción, era un gran evento para la gente que alguna vez siguió el suceso.
Su versión difería bastante con lo visto en la antigua entrevista. Esta vez, el hombre recordaba muchas cosas relacionadas con los extraterrestres, justificando que aquellos recuerdos recuperados habían sido gracias a una regresión hipnótica. Esto causó decepción en mucha gente y que el escepticismo hacia el episodio aumentara, pues no sólo el cambio de la historia y el contexto en que decidiera contarlo (el sensacionalismo envolvía el cambio de milenio) le quitaran seriedad a su discurso, sino que también el método de la hipnosis se conoce por ser poco fiable, pues la gente suele inventar recuerdos en este estado.
(*este vídeo sólo va para destrabarse)
El caso de abducción terminó de perder seriedad y hasta dejar de ser considerado como algo que valiera la pena prestare atención, cuando el propio cabo Valdés comenzó a decir que no estaba completamente seguro de haber sido abducido, y cuando ya comenzó a participar activamente en la religión evangélica, terminar de negar todo en la revista española ‘Más allá’, explicando su desaparición con una ida a orinar mientras sus compañeros estaban distraídos con un foco de luz desconocida, y que volvió a aparecer cuando éstos querían abrir fuego al objeto no identificado, y, por su puesto, involucrar al diablo en la tentación de mentir.
Muchos videos en lateshows de la última década hablan sobre cómo el caso de abducción del cabo Valdés resultó ser una gran farsa. Que probablemente fue inventado para encubrir algún descuido de esta patrulla. La barba crecida era simplemente porque no se había afeitado y tener que presentarse a sus superiores así, hubiera significado un castigo. ¿Y el reloj? Bueno, en el programa de Pé a Pá cuenta que no sabía qué había pasado con el reloj, aunque recordaba el modelo (lamentablemente no lo dice), pero al final cambió su versión sobre esto también, pues ya no se trataba de un reloj digital, sino que de uno analógico, que lo dejó en la Comandancia para que fuera analizado y luego ni se molestó en retirarlo.
¿Al final qué nos queda? Pues bien, todo terminó en el aire, la historia de abducción más jugosa de la historia de esta larga y angosta faja de tierra se chacreó. Uno quisiera creer que varios factores, como la atención y la presión política que tenía puesta en él, combinado con una rara forma de validarse, y, más tarde, su conversión religiosa, llevó a que cambiara la historia a su conveniencia. Que al menos un ovni hubo aquella noche y algo raro pasó, a pesar de que prácticamente todos los elementos de la historia tienen explicaciones bastante racionales.
Aunque nunca se podrá saber a ciencia cierta lo sucedido ese 25 de abril, si los soldados tuvieron o no algún tipo de contacto con alienígenas, esta supuesta abducción ha dado para muchas historias, libros y reportajes, ubicándola como la más famosa en la ufología de Chile.
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Jera
marzo 02, 2023
En plená dictadura se abdujeron miles de chilenos por estos hijos de puta y los marcianos de la cni..